lunes, 23 de julio de 2018

RELIGIÓN, ESPIRITUALIDAD Y SABIDURÍA EN LA SELVA. Notas sobre el sínodo panamazónico.


Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas

En el documento preparatorio del sínodo panamazónico se utilizan, de alguna manera, las palabras ‘religión’, ‘espiritualidad’ y ‘sabiduría’. Decimos de ‘alguna manera’ porque la palabra ‘religión’ no aparece, pero sí lo hacen sus derivados: ‘religioso/a’. Lo hace en un doble sentido: por un lado, en cuanto lo relacionado con lo que entendemos como ‘religión’ y en cuanto a las personas ‘religiosos/as’. En este sentido ‘religioso/a’ aparece 9 veces, incluyendo en las preguntas. La palabra ‘espiritualidad’ aparece 10 veces; ‘espiritual’, 3 veces [‘vida espiritual’ (1 vez); ‘raíces espirituales’ (1); ‘experiencia espiritual’ (1)]; Espíritu (3); Espíritu Santo (4); Espíritu de Dios (1); espíritu (1). El término ‘espiritualidades’ se adjetiva de varias formas: ‘de contemplación’ (1); ‘práctica’ (1); ‘profética y del martirio’ (1); ‘intercultural’ (1); ‘de comunión’ (1); ‘con estilo de Jesús’ (1); ‘diversas espiritualidades’ (1). El término ‘sabiduría’ se utiliza en el documento en 9 ocasiones. Y la palabra ‘creencia’ aparece en dos oportunidades.

Carnaval en el bajo Huallaga

En un mundo ‘claro y distinto’ se privilegia lo homogéneo. No hay espacio para la ambigüedad. Por el contrario, en un mundo en permanente cambio, en un mundo de encuentros interculturales diarios, la ambigüedad y lo heterogéneo tienen su espacio. Hay que aprender a manejarse en situaciones interculturales. Eso no significa que todos los encuentros sean perfectos, al contrario, queda mucho espacio para la ambigüedad. Es así que apelamos a la ‘equivocación controlada’. No podemos evitar el equívoco, a no ser que renunciemos a lo diverso, algo imprescindible en la selva. Lo único a lo que podemos aspirar es a controlar la equivocación.

Una palabra, un gesto, un silencio, un símbolo… significan cosas diferentes para públicos diversos. Es fundamental sospechar si estamos comprendiendo lo que nos están diciendo. Cuando la comunicación se produce en diversos idiomas es más fácil percatarse que necesitamos de una buena comprensión del otro idioma o, en todo caso, de un buen traductor. Cuando la comunicación se produce en el mismo idioma bajamos la guardia y puede que no estemos comprendiendo lo que nos dicen. Un mismo idioma no implica, necesariamente, compartir la misma cultura. Un kukama nos puede ‘prestar’ un peque peque y podemos comprender que nos está ofreciendo el peque peque para poder viajar nosotros. Sin embargo, el kukama está diciendo otra cosa diferente: nos está pidiendo prestado nuestro peque peque para que él pueda viajar. El mismo idioma, las mismas palabras, diferentes significados. De ahí la necesidad de controlar el equívoco. No podemos suprimirlo, nos quedaríamos sin comunicación, pero sí podemos controlarlo.

Con este preámbulo estamos en condiciones de pensar la religión. La palabra ‘religión’ posee connotaciones que están condicionadas culturalmente desde el punto de vista occidental. A partir de las ‘guerras de religión’ europeas se originó la separación de los diversos ámbitos sociales: economía, política, religión, derecho… Esta compartimentación, o separación de las distintas esferas, no es aceptada ni aceptable en otros universos ajenos al europeo, mucho más holísticos. Desde el islam se ha lanzado esta crítica. De ellos podemos aprender que los pueblos indígenas tampoco poseen una ‘religión’ porque también poseen una visión global, holística. Por otro lado, el término ‘religión’ es problemático a la hora de su definición. Si incluimos que la religión precisa de creer en un ser superior, una divinidad digamos, el budismo no se adapta a esta definición. Pues bien, estas críticas también sirven para la selva donde las culturas indígenas poseen un carácter holista, no aceptan los compartimientos estancos. Los primeros misioneros, incluso, consideraban a los indígenas carentes de Dios.

© Manolo Berjón, febrero 2018. Carnaval en Iquitos

En el documento se habla de la amazonía como una región ‘rica en biodiversidad, multi-étnica y pluri-cultural y pluri-religiosa’. Y, aunque no se menciona el ‘diálogo interreligioso’, parece planear sobre algunas frases del documento. Ya hemos dicho suficiente sobre religión. De igual manera podemos decir sobre el diálogo. Para los kukama, por ejemplo, no hay tal diálogo. La conversación es para aprender de la otra persona. Se trata de ‘captar las enseñanzas’, capturar podríamos decir. El que aprende está aumentando sus conocimientos y el que habla está quedándose sin ellos. Por eso, los chamanes no revelan sus conocimientos para que sus enemigos no le puedan vencer. Y, cuando los chamanes están trabajando suele crearse una cierta atmósfera enigmática. Para ello utilizan varias técnicas: pronunciar las palabras entre dientes, hablar muy bajo, cambiar el orden de las sílabas, utilizar otro idioma lo más extraño posible…, todo ello para procurar que solo comprendan los iniciados y los espíritus, pero no el resto de la población. En definitiva, el ‘diálogo inter-religioso’, tan importante en otras latitudes, no puede ser invocado e importado en la selva.

Si la palabra ‘religión’ está marcada culturalmente por el occidente cristiano (y postcristiano), otro tanto sucede con la palabra ‘espiritualidad’. Los espíritus de la selva tampoco se parecen en nada al Espíritu del cristianismo. Es fundamental marcar la diferencia, de lo contrario, no podremos controlar la equivocación. La espiritualidad, para los occidentales, es dependiente del espíritu/alma. La relación espíritu/alma con el cuerpo ha pasado por varias etapas: desde un dualismo marcado a un monismo en diversos grados. En cambio, para los achuar el espíritu también tiene su cuerpo. No es que el espíritu esté vinculado a un cuerpo, no. Sino que el espíritu, en tanto en cuanto espíritu, tiene un cuerpo, diferente del cuerpo de carne. Para los kukama, el espíritu de un difunto huele a vela. No son las únicas diferencias. Los occidentales, cristianos o no, pero permeados por el cristianismo, consideramos que sólo tenemos espíritu las personas [cuando se posee una visión más allá del monismo reduccionista]. Los indígenas amazónicos consideran que todo tiene espíritu: las plantas, los árboles, los animales, las personas… En fin, que utilizar la palabra ‘espiritualidad’ nos puede llevar a un equívoco. Por eso nos parece que hay que buscar otros términos. Algunos proponen, en lugar de utilizar el término espíritu, hablar de ‘seres de la tierra’. No entraremos ahora en esta disquisición.

El otro término que utiliza el documento preparatorio es ‘sabiduría’. En castellano tiene una connotación con sabor, está en el ámbito del gusto. En kukama, la sabiduría tiene que ver con el saber. Pero el saber se produce en el corazón. También esta palabra tiene connotaciones distintas en los diversos idiomas. Pero nos parece más fácilmente controlable su equívoco. Un equívoco que se produce en el ámbito del saber, que puede estar sujeto a cambio. Sin embargo, el ámbito de la religión, o de la espiritualidad, nos parece más difícil de cambiar porque las personas que se mueven en estos espacios suelen considerarlas creencias incrustadas en su corazón. En cambio, para los indígenas amazónicos el cambio y la transformación son ideas muy queridas y buscadas.

‘Creencia’ es otra palabra que aparece en dos ocasiones. Nos parece que es un término digno de tener en cuenta. Pero, algunos occidentales consideran la ‘creencia’ como algo irracional. No es nuestro caso. Dejémoslo así por ahora.

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