miércoles, 18 de abril de 2018

POLI-ONTOLOGÍA, ¿POLI-QUÉ? Hacia el sínodo panamazónico.


Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas


Visitábamos la comunidad de Nueva Unión, una comunidad kukama en el distrito de Parinari, provincia de Loreto, río Marañón. Le preguntábamos a la madre del Animador Cristiano cuántas almas tenemos. Y contestó rápidamente: “una”. Nos quedamos en silencio y volvimos a la carga: “pero a nosotros nos han dicho que hay tres”. Y comenzó una conversación interesante.

"Domesticando al patrón". Dibujo en una pared del colegio Nuestra Señora de Loreto de Nauta, cortesía de Radio Ucamara.

No ha sido la única ocasión que nos contestan lo que consideran que deseamos escuchar: “un alma”. Pero una vez que damos algunos datos y nos consideran interlocutores válidos, entonces nos cuentan lo que preguntamos y conseguimos mantener una conversación donde el respeto, la admiración y la elegancia hacen su aparición. Aunque no siempre conseguimos llegar a este nivel. En otras ocasiones, la preocupación, la falta de empatía o el estar haciendo otra cosa son barreras difíciles de traspasar.

De igual manera sucede en la ciudad de Iquitos. Todas las personas parecen manejarse en el mundo de los “blancos”. Incluso se burlan de lo más indígena. Pero cuando aparecen las crisis (enfermedad, muerte, dificultad seria…) entonces todo el mundo vuelve a lo que le da sentido, orientación y seguridad. En muchas oportunidades hemos visto cómo la gente se ríe del tunchi [espíritu del muerto], o que no creen en un más allá. Pero cuando llega la crisis, entonces le escuchan al tunchi o son capaces de ver a los espíritus, y hasta de fotografiarlos.

Iquitos no sería la misma sin su barrio de Belén, lugar donde se asienta su mercado más emblemático. Y en el corazón de Belén se encuentra el pasaje Paquito: un lugar donde acude toda la ciudad. En él se venden toda clase de remedios, plantas, preparados… para situaciones dispares: desde “amarres” a “olvidos”, desde “resfríos” hasta “curas del sida”…

Con estas experiencias postulamos que las personas, en una ciudad como Iquitos, se manejan tanto en una sociedad blanca, donde la realidad es lo que vemos y poco más, como en una sociedad indígena donde la realidad es lo que vemos y otros seres que no podemos ver, pero que sí percibimos: los espíritus. Esta realidad blanca y/o realidad indígena son formas de ser, formas de estar en el mundo.

Lo que hay o no hay en el mundo podemos denominarlo como ‘ontología’. Muchos occidentales pecan de una ‘ontología chata’ donde la realidad se termina confundiendo con la materia. Aunque materia sea un término difícil de definir. Mientras que el mundo indígena es más favorable para un universo poblado de seres, más allá de la pura materia: los espíritus.

Creemos que muchas personas se manejan en ambos códigos, dependiendo de su situación vital (tengamos en cuenta lo dicho sobre las crisis) y del interlocutor al que se dirige (si es considerado parte del grupo o un extraño). En tal sentido, apostamos por un “compromiso poli-ontológico”: una gran mayoría de la población puede dirigir su vida por una ontología blanca o una indígena, o ambas a la vez, dependiendo del interlocutor con el que establece relación y de la situación personal en la que se vive (la crisis).

Un lugar particular son los sueños. Los amazónicos sueñan y recuerdan sus sueños. Los pueden contar o los guardan para sí dependiendo del contenido de los mismos y de si desean que se hagan realidad o no. Los sueños son revelación en el mundo amazónico. Muchas son las personas que tratan de desentrañar su significado. Cazadores o pescadores salen a realizar sus faenas dependiendo de sus sueños. De igual manera sucede en la ciudad. Sueños donde aparecen seres como yacurunas, sirenas, difuntos, Dios, la Virgen, los santos o el propio Jesucristo. Sueños que nos remiten a ontologías indígenas.

Si, como venimos postulando, muchos amazónicos se manejan en esta ‘poli-ontología’, entonces es absolutamente necesario que se tenga en cuenta a la hora de planificar el sínodo panamazónico. Una ontología ‘chata’ no puede dar cuenta de la Amazonía y sería una imposición más que perpetuaría la colonialidad.



Nota: la poli-ontología está inspirado en el “compromiso poliontológico”. Para ello nos servimos del siguiente trabajo: McCALLUM, Cecilia (2015), Espaço, pessoa e movimento na socialidade ameríndia: sobre os modos Huni Kuin de relacionalidade. En Revista de Antropología. Vol. 58, N°1, pp. 223-256.