jueves, 21 de septiembre de 2017

DIBUJOS DE LA ÉPOCA DEL CAUCHO EN NAUTA. Poner en circulación discursos silenciados.

Iquitos, 21 de setiembre de 2017

Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas


La primera etapa es buscar la verdad, tarea nada sencilla. Y se trata de buscar, porque tiene muchas aristas, algunas desconocidas. Un proyecto largamente acariciado, como estas pinturas de la época del caucho, no dejan de ser una provocación. Y como tal, plantea desafíos que nos llevan a la siguiente reflexión. Estamos hablando de hace un siglo. El primer boom cauchero se sitúa entre 1880 y 1914 y el segundo boom entre 1942-1945, aunque sus estertores alcanzan hasta 1960. Los relatos asociados a los dibujos tienen que ver con este segundo periodo y sus postrimerías.


Lancha fantasma - vapores de la época del caucho. Purawa, Escuela de Arte Kukama, intervención artística en Nauta


Cómo se ha llegado a estas pinturas. Seguramente de manera compleja. Radio Ucamara, una radio perteneciente a la iglesia católica, ha sido la promotora de esta excelente iniciativa. Primero: han sido los relatos de los supervivientes o de sus hijos y nietos. Un trabajo de escucha paciente, sobre todo cuando nadie les daba importancia y mucha gente, incluso, no los quería narrar. De ahí se comenzó a elaborar un discurso que fue circulando de boca en boca, hasta que llegó a oídos de los pintores. Ellos, impulsados por la radio, tomaron la decisión de intervenir en el espacio público. No ha concluido el trabajo. Hay que estar atentos a los comentarios, a la apropiación y elaboración de los discursos por parte de la comunidad. Acá vuelve a estar de nuevo el papel de la radio. Esta puesta en escena de los dibujos, de las representaciones, esta circulación de los discursos se convierte en un escenario altamente interesante.

No somos ajenos a la violencia, la ternura… No podemos quedarnos con la violencia, no completaríamos el cuadro. Instalarse en la ternura nos haría ingenuos. Una combinación de ambas, en diferentes modos y medidas puede ayudarnos a comprender y aprender de nuestro pasado. Aunque no todos estamos en igualdad de condiciones. No han tenido las mismas oportunidades los nietos de los patrones que los nietos de los peones, por señalar únicamente la última parte de la cadena. Una cadena que se alarga hasta los centros de poder: Londres, especialmente, aunque también Lisboa, París o Nueva York, por poner unos pocos ejemplos.

Pero, ¿qué hacer? Observarlos, mirarlos despacio, aguzar el oído a los discursos, a los susurros, a lo que se dice a media voz e, incluso, a lo que se calla. Permanecer atentos más allá de los escenarios de los dibujos, en las periferias de la ciudad de Nauta, en las comunidades. Esta primera parte es absolutamente necesaria para esclarecer la verdad. Una verdad que ha emergido de forma original, para muchos impensada.

En la plaza de Nauta se había instalado una media verdad: la máquina de los vapores Huallaga y Tirado, como recuerdo del tratado comercial Perú-Brasil del siglo XIX. En mitad de la plaza, para que todos lo recuerden, aunque nadie sepa qué hace ese “fierro” ahí. Ahora, estas pinturas, auscultan la otra mitad del retrato. Una parte que ha sido silenciada. Por eso es tan importante escuchar estas voces.

Ahora bien, nos parece oportuno aprovechar esta “provocación”. Consideramos que es importante elaborar un proceso de reconciliación. Pero, repetimos, sin ingenuidades. No han tenido las mismas oportunidades los nietos de los patrones que de los peones. Y esto tiene un reflejo en la ciudad: en la ubicación de las casas, con sus metros cuadrados de huerta incluidos. Al igual que tiene un reflejo en la cadena de fotos de alcaldes de la ciudad de Nauta que, al menos, antes estaban colocados en el salón municipal. Es hora de desterrar la discriminación reflejada en los insultos, los tratos vejatorios con “los apellidos bajos” (como si los apellidos pudieran ser altos y bajos, crecer y decrecer), la hora de liberar la belleza de lo exclusivamente blanco, de copar los puestos dirigenciales de la ciudad por unas cuantas familias, de dar oportunidades a todos, especialmente a los que carecen de ellas.

La reconciliación es un proceso lento, con idas y venidas, no es lineal, con dolores y alegrías. Un proceso donde todos tienen que poner de su parte. Percibir estos dibujos únicamente desde un punto de vista estético es desperdiciar esta oportunidad. En ellos hay elaborados todo un discurso que merece la pena ser escuchado, conversado, registrado, contestado si fuera preciso, e incorporado a los conocimientos locales y los libros de texto.

Purawa, Escuela de Arte Kukama, intervención artística en Nauta

Bienvenidos a la historia, a la ambigüedad, por tanto. No hay otra manera de predicar el evangelio si no es en medio de la historia. Esto debiera estar meridianamente claro para una religión donde la historia ocupa un lugar central, como el cristianismo. Como estamos indicando, es hora de recoger todos estos saberes e incorporarlos al acervo común. Pero, de nuevo, debemos superar la ingenuidad. Esta incorporación al acervo común, no debiera ser hecha dejando las cosas como están. Poner en circulación el discurso de los peones implica preguntarse por la vida de los nietos de tales peones. Y eso conlleva medidas políticas, económicas, sociales, culturales y religiosas que fortalezcan otro tipo de relaciones más equitativas. De lo contrario estaremos haciendo el juego a quienes impusieron un único discurso, el del hierro del barco en la plaza de Nauta. O con otras palabras. Los nietos de unos y otros no se sitúan igual en Nauta, incluso espacialmente. Pero también en oportunidades, manejo de las instituciones y toma de decisiones.

Concluimos felicitando a Radio Ucamara por favorecer este tipo de intervenciones uniendo arte y memoria. De igual modo extendemos la felicitación a “Purawa, Escuela de Arte Kukama” por su contribución genial a este proyecto.