lunes, 29 de mayo de 2017

APEGARSE AL RESUCITADO

Iquitos, 29 de mayo de 2017

Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas

A modo de propuesta: Dibujar a Jesús Resucitado. Así de simple, así de sencillo. Algunos cristianos recogieron la sugerencia y dibujaron. Era una propuesta libre. Se sustenta en dos ideas. Una, no es fácil representar la Resurrección, porque indica otro nivel de realidad diferente, lo cual exige cierta creatividad y aportación propia. Segundo, es una forma de identificación con el Resucitado. Siendo una actividad lúdica exige también cierto “apego” con el Resucitado. Y “apegarse” implica una gran densidad semántica. El vínculo de fe es importante en esta actividad. El respeto, el cariño y la fe están entretejidos en el dibujo. Se sobrepasa el nivel lúdico para ser un reflejo de la propia fe y la identificación con el Resucitado.







La actividad tuvo lugar durante el mes de mayo en las capillas de Santa Rosa de Lima y Sagrado Corazón, ambas situadas en Masusa, puerto fluvial de Iquitos. Pretendíamos focalizar sobre la Resurrección por lo que supone de alegría, de salir adelante, de resiliencia, de fuerza en medio de la debilidad. Una manera de buscar mecanismos que permitan a la gente afianzar su vida en medio de situaciones complejas y delicadas. Las calles en Masusa están rellenadas con descartes de madera para levantar la rasante. Esto conlleva tapar los caños naturales por donde discurre el agua y empantanar el agua debajo de las casas, lo cual crea un problema de salud de dimensiones gigantescas. Un técnico de la Municipalidad nos decía que las rasantes crean problemas en lugar de resolverlos. Bien, pero en la práctica se levantan rasantes. Y algo tendrá que ver la Municipalidad en esto, que lo favorece o, al menos, lo permite. Parece que la coherencia entre dicho y hecho se ha extraviado. No hay desagüe ni agua potable. La compran por garrafas a precios más altos que el resto de la ciudad. El consumo de drogas sigue en aumento. Se dan las condiciones ideales para que se produzca trata de personas y explotación. Y así podríamos ir enumerando otros inconvenientes. No faltan cruces, pero los cristianos, que trabajamos por una humanidad mejor, tenemos la fuerza del Resucitado que nos acompaña.





Sólo nos queda agradecer a las personas que han participado y a las comunidades cristianas que se reúnen en dichas capillas. Seguiremos acompañándoles.
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No estamos en México, sino en Masusa, puerto fluvial de Iquitos. No nos situamos en el s. XVI, sino en el XXI. Mucha agua ha pasado por el Amazonas. Quede como una provocación.
“La pintura europea procuraba ante todo evocar un tema con la ayuda de una gama restringida de elementos estrictamente indispensables, siempre extraídos de un repertorio conocido por la gran mayoría. Este margen que se dejaba al artista coincidió con la falta de preparación de los pintores mexicanos. Éstos no poseían ninguna noción de historia de la pintura europea ni de la evolución de los estilos, y las formas que reproducían aplicadamente eran demasiado nuevas para imponerse de un modo interiormente apremiante. Este desconocimiento y esta distancia constituyeron a la vez un inconveniente técnico y la fuente de una relativa libertad” (GRUZINKI, Serge (2000), El pensamiento mestizo, Paidós, Barcelona-Buenos Aires-México, 107).




Que duda cabe que los cristianos de Masusa han visto películas sobre Jesús y han participado en eventos religiosos que recuerdan lo nuclear de nuestra fe. Sin embargo, es interesante percibir cómo ellos se han ido apropiando de la fe y cómo la expresan. Existen ciertos parámetros que se han copiado, pero, sin duda, hay un margen de libertad que los hace únicos.

martes, 16 de mayo de 2017

COLISIÓN DE VALORES E INTERESES

Iquitos, 16 de mayo 2017

Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas


Las familias solicitan rezar por sus difuntos. Para ello acuden a la iglesia e indican el nombre del difunto por el que rezar. A este tipo de celebraciones acude mucha gente. También suelen traer a sus hijos pequeños. Muchas de estas personas no son asiduas y se comportan lo mejor que pueden. Los niños pequeños suelen estar libres. Algunos de ellos, los más atrevidos, se ponen a correr por el templo, e incluso a resbalar con cara de total felicidad, y no falta quien habla en alto, todo ello en la parte de atrás de la iglesia. Es fácil de comprender que están en juego dos formas distintas de comprender la celebración litúrgica. Pero vayamos un poco más despacio.



Puede sorprender que los niños estén sueltos y no se les llame la atención. Sin embargo, esto responde a un tipo de educación donde el valor central es la autonomía de la persona. Desde niños se les enseña a hacer lo que deseen, siempre y cuando no se ponga en riesgo su vida. Los padres no están ajenos, tutelan y modelan a sus hijos con la mirada y con la voz, pero permiten una total libertad de movimientos. Visto desde esta perspectiva, percibimos que no se trata de una falta de respeto, sino de una puesta en escena de un valor innegociable: la autonomía y total libertad que las personas aprenden desde niños.

En segundo lugar, cuando una persona acude a un chamán no hay un espacio delimitado ni es imprescindible el silencio. Los acompañantes del enfermo pueden estar conversando, paseando por la habitación o saliendo a escupir, si es el caso. Esto no es ninguna falta de respeto, al contrario, como la vida misma, es una práctica habitual. Pues bien, cuando estas personas acuden a la iglesia lo hacen desde estos parámetros. Por eso, permanecer quietos en un banco no es ninguna virtud y guardar silencio no es comprendido. Una mirada al templo, después de una de estas celebraciones, deja bolsas de plástico de algún tipo de chuches e incluso botellas pequeñas de gaseosa.

Por tanto, una llamada de atención por el comportamiento de los niños no es comprendida. Cuando, en una única oportunidad, amablemente pedimos que un muchacho dejara de correr gritando por la iglesia, la mamá no se dio por enterada. Fue otra persona la que llevó el niño a su mamá. La mamá sentó al niño a su lado. Permaneció un par de minutos tranquila, se levantó y salió de la iglesia.

Debemos tomar todo esto con tranquilidad. También en el NT hay colisión de valores e intereses entre helenistas y judeocristianos. Percibir las diferencias de fondo nos puede ayudar a comprendernos mejor.

lunes, 8 de mayo de 2017

UN APUNTE SOBRE LA CONVERSIÓN

Iquitos, 8 de mayo de 2017

Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas

Un viaje rutinario en el ómnibus. Sube un señor, pasados los 40 años, y comienza su discurso: “Ahora no hay trabajo, pero no le podemos responsabilizar a Meléndez [gobernador de Loreto] ni a Kuczynski [presidente actual del Perú][1], por eso tengo que subir a los ómnibus para hacer algo para el día”… “Yo antes me dedicaba a la droga”. Y continúa su discurso para terminar vendiendo unos caramelos. Nada extraordinario.



La primera responsabilidad es personal, eso no es discutible. Lo que nos sucede a cada uno en primer lugar es responsabilidad nuestra. Pero las personas no somos islas, estamos conectados a otras personas, existen vínculos y estructuras. El anterior relato incidiendo sobre el sujeto y desdibujando el contexto es funcional al capitalismo. Esto genera grandes niveles de angustia y culpabilidad. ¿Cómo vivir esta situación?

En medio de este contexto es preciso buscar alguna salida. Acá aparece la conversión como una posibilidad: “la conversión es la unificación de las personalidades que viven con angustia la experiencia de la fragmentación” (Manuel Delgado). Es la oportunidad de acogerse a ella para tratar de exorcizar los demonios de la culpabilidad. El mundo sigue igual, las estructuras quedan intactas, el sufrimiento se individualiza y las iglesias consideran que han ganado un adepto. Pero no hay transformación social. La verdadera conversión cristiana es al Dios de Jesús y su Reino y no son funcionales al capitalismo.