Iquitos, 20 de diciembre de 2017
Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas
«En la sesta peticion dezimos (y no
nos dexes caer en tentacio̅.). No baxta a
perdonarnos ‘Dios los peccados que hemos hecho, sino que tambien es menester,
nos guarde de que no tornemos a peccar, y esso le pedimos enesta palabra,
porque somos flacos, y el demonio anda diligente por hazernos peccar para que
nos condenemos. Y enesta vida a cada passo se offrecen ocasiones de peccar, si
Dios no nos tiene de su mano, y si no nos libra de tantos laços, sin duda
caeremos y nos perderemos, como otros se han perdido y condenado, por esso dezimos,
no nos dexes caer enla tentacion.» (Tercero Cathecismo y exposicion de la
Doctrina Christiana, por Sermones. Para qve los cvras y otros ministros
prediquen y enseñen a los Yndios y a las demas personas. Conforme a lo qve en
el Santo Concilio Provincial de Lima se proveyo. Impresso con licencia de la
Real Audiencia, en la Ciudad de los Reyes, por Antonio Ricardo primero
impressor enestos Reynos del Piru. Año de M.D.LXXXV. Sermon XXIX, 187vto.-188.)
Guardamos con gratitud varias
versiones del Padre Nuestro en idiomas tupí: omagua y kukama[1].
La versión omagua es de los s. XVII-XVIII, de la época de las reducciones de
Maynas. Por tanto, posee un gran valor histórico. En primer lugar, como
testimonio de una comunidad de creyentes que rezaba con esta versión. Somos
conscientes que la evangelización es histórica. Y, como decía el mismo Jesús,
no se puede separar el trigo de la cizaña (Mt 13, 24-30). Hay, por tanto,
aspectos negativos: propagación de epidemias, desestructuración de pueblos
indígenas… Sin embargo, no todo fue negativo. Lo que sabemos de los pueblos
indígenas, en aquella época histórica, se lo debemos a los mismos misioneros.
Como valor histórico también podemos señalar el registro escritural del omagua
de aquella época.
La versión del Padre Nuestro en
omagua de los s. XVII-XVIII nos ha llegado por una triple vía (Michael &
O´Hagan 2014: 58-61). Por un lado, a través de Hervás y Panduro, [1787], un
jesuita del s. XVIII, que no pisó América, pero que tuvo contacto con los
jesuitas expulsados de América en Italia. Una segunda versión, a través de
Adelung en 1813, a la que no hemos tenido acceso. Adelung se basa en Hervás y
Panduro. Y, una tercera, basada en Adelung se puede encontrar en Paul Rivet
[1910].
Por nuestra parte, completamos el
trabajo con varias versiones a las que hemos tenido acceso del Padre Nuestro en
kukama actual. Otro idioma tupí. Dos de ellas están publicadas, pero en
revistas de difícil acceso, y otras dos son inéditas. Nos parece que este
corpus es suficientemente interesante como para dedicarle un tiempo.
Pero centrémonos en el Padre
Nuestro, la oración de Jesús. Lo primero que debemos constatar es que no existe
una única versión del Padre Nuestro original. Jesús enseñó el Padre Nuestro en
arameo. Pero, hoy día conservamos versiones de esta preciosa oración en griego,
siríaco, hebreo, arameo, latín. Las versiones en griego del NT (Mt 6, 9-15; Lc
11, 1-4) son las oraciones que utilizaban los primeros cristianos que ya no
hablaban arameo, sino griego como lengua base. De igual manera, la versión en
siríaco, en hebreo o en latín, se deben a comunidades cristianas que tenían
como lenguas maternas estos idiomas.
Todas las versiones que siguen
tratan de traducir la petición: “No nos dejes caer en la tentación”, que a su
vez es una traducción del latín: “et ne nos inducas in tentationem”. La
traducción de las oraciones principales en la liturgia continúa haciéndose
desde el latín, en la iglesia católica. En esta oportunidad nos
circunscribiremos a las traducciones a las lenguas tupí, que han sido
realizadas a partir del español y del quechua. Realizaremos una traducción
aproximativa literal, evitaremos la terminología propia de los lingüistas, que
nos parece recomendable en otro ámbito.
I.-
Ename neischari tanu
ucucui maca eraecmamai
No tú dejes nosotros caer de lo alto no no-bueno
(malo)
[No nos dejes para no caer en lo
malo]
Ename ne-isari tanu
ukukui maka eraekma-mai
No tú dejes nosotros caer de lo alto no no-bueno
(malo)
[No nos dejes para no caer en lo
malo]
Ina[5] ichari uwaritara animarutsui
No dejes lo que va a nacer de animal / diablo
[No dejes que nazca el diablo].
Tema na icharitana[7]
ucuquitcin uchacuara
No tú dejes a nosotros caer de lo alto dentro del pecado
[No nos dejes para caer en el
pecado]
Tɨma na icharitana, tana
ukukitsɨn[9]
uchakuara
No tú dejes a nosotros nosotros
caer de lo alto dentro del
pecado
[No nos dejes para caer en el
pecado]
T ɨma na ichari pɨnu[11],
pɨnu ukukitsɨn uchakuara
No tú dejes a nosotras nosotras caer de lo alto dentro del pecado
[No nos dejes para caer en el
pecado]
II.-
Ya tenemos varias versiones. Tan
solo nos limitamos a señalar brevísimamente algunos datos.
1. Las
versiones de Hervás y Panduro y Rivet son en omagua antiguo, de los siglos XVII
y XVIII, recogidas por estos autores.
2. Las
versiones del Prof. Yahuarcani Soto, José Murayari (Cencca), Juan Manuel y
María Nieves son en kukama actual.
3. Las
versiones de José Murayari (Cencca), Juan Manuel y María Nieves son similares.
Hay únicamente una diferencia de grafía en José Murayari. María Nieves
incorpora el género femenino, por lo demás es igual. Esto se debe a que los
tres habitan en el mismo espacio: Nauta, y estuvieron vinculados al Cencca. Estas
tres versiones están unidas al omagua de los s. XVII-XVIII. La versión omagua
de Hervás y Panduro, recogida en Lev Michael & Zachary O’Hagan es idéntica
a la de Rivet, excepto en la grafía.
4. La
versión kukama del Prof. Yahuarcani Soto es radicalmente diferente, lo que la
hace muy interesante.
5. Las
traducciones siguen diversos caminos.
a.
En Hervás y Panduro y en Rivet, la versión
omagua, traducen “eraecmamai”/“eraekma-mai”, literalmente: “no-bueno” (malo).
b.
El Prof. Yahuarcani Soto, en kukama, traduce “uwaritara
animarutsui”, “lo que nace diablo” [“que nazca diablo”].
c.
Las versiones de José Murayari (Cencca), José
Manuel Huaymacari y María Nieves Nashnato, en kukama, se inclinan por
“uchacuara/uchakuara”. Ucha es un préstamo quechua para indicar “culpa”,
“pecar”[12].
Si hacemos caso a Taylor estaría influenciado por los rezos católicos. Es
decir, su nicho natural pudiera ser las reducciones de Maynas. Sin embargo,
hemos visto cómo la versión del omagua difiere, lo cual lo hace problemático y
más interesante aún si cabe. Es un punto que hay que seguir estudiando.
d.
La versión en omagua antiguo [Hervás y Panduro y
Rivet] señala el “no-bien” [mal], mientras que la versión en kukama de Nauta [José
Murayari, José Manuel y María Nieves] indica “uchakuara”, “dentro del pecado”. La
noción de pecado, ‘ucha’ está presente en los textos omaguas de los jesuitas,
sin embargo, permanece ausente en su versión del Padre Nuestro.
6. En
resumen:
a.
Para la versión omagua, tanto en Hervás y Panduro
como en Rivet, la tentación consiste en “caer de lo alto en lo no-bueno” (malo).
b.
Para la versión del Prof. Yahuarcani Soto, en
kukama, la tentación consiste en nacer en animal (diablo). Dejar la posición
humana y ocupar la posición de animal, diablo. Con una particularidad,
“animaru” es el préstamo castellano para el término animal que no existía en
las lenguas amazónicas como término genérico. El fruto del contacto es el
préstamo. Tradicionalmente o se era presa o predador, no había término genérico:
animal. En el kukama actual el préstamo hace posible la traducción, y es
interesante cómo lo ha escogido el Prof. Yahuarcani Soto. ‘Animaru’ pasa
también a significar diablo, demonio[13].
c.
Las versiones de José Murayari (Cencca), José
Manuel y María Nieves, en kukama, abordan la tentación como caer de lo alto
“dentro de la culpa-pecado”. Por supuesto, no dicen nada de lo que se entiende
por culpa-pecado. Y, evidentemente, hay muchos componentes culturales de por
medio. No entienden por culpa-pecado lo mismo un occidental que un kukama.
d.
Las versiones en omagua antiguo (Hervás y
Panduro y Rivet) y las versiones de Nauta (José Murayari, José Manuel y María
Nieves) utilizan el verbo, “ukuki”[14],
“caer de lo alto”, un verbo de movimiento. [El morfema “-tsɨn”
(“-tsen” en el diccionario de Vallejos Yopán & Amímas Murayari) es un
marcador de propósito]. En omagua es caer en el no-bien; en el kukama de Nauta,
dentro del pecado. “Uchakuara” con un verbo de movimiento como “ukuki”
significa “el lugar donde una entidad ingresa”. En este caso la persona ingresa
en el pecado (Vallejos Yopán & Amías Murayari 2015).
e.
Es interesante cómo en omagua antiguo se
prefiere “no bien” [mal]; para los kukama de Nauta “dentro del pecado”; y para
los kukama de Yurimaguas, en la versión del Prof. Ulderico, “animal / diablo”.
El “no-bien” [mal] es demasiado genérico. El “pecado” es más concreto y el
“animal / diablo” ya es una personificación del mal.
Los cristianos nos situamos al
lado de Dios y le pedimos: ‘no nos deje caer de lo alto’, ‘no nos abandones’.
Si tenemos un ser poderoso a nuestro lado, Dios en este caso, superaremos la
tentación. Pero, si somos débiles, entonces, caeremos en el mal o en el pecado.
Se trata de permanecer al lado de Dios para superar la tentación. Esta podría
ser la conclusión de las versiones en omagua antiguo y en el kukama actual de
Nauta [José Murayari, José Manuel y María Nieves].
Para la versión del Prof.
Yahuarcani Soto, que nos parece muy interesante, caer en la tentación implica un
nuevo nacimiento en forma de animal / diablo. Nos supeditamos al diablo, le
obedecemos, y nos transformamos en otro diablo. Todo esto es posible porque el
diablo es más fuerte que nosotros.
Superar la tentación implica
estar fuertes, ser más fuertes que el mal. En este sentido, estar junto a Dios
ayuda mucho. Que Dios nos tenga de su mano, como dice el catecismo limense que
citamos al comienzo, es de particular importancia. A esto podríamos añadir, desde
el punto de vista kukama, que el trabajo pastoral, y esto puede ser un aviso para
navegantes, consiste en fortalecer a las personas, afianzar su posición de
gente, de esta manera podrán superar todas las tentaciones. Debilitar a las
personas, despreciar las culturas indígenas, conlleva cierta orfandad y dejar a
las personas a merced del mal.
Fue agradable mantener conversación,
vía Facebook, con Zachary O’Hagan y con el Prof. Ulderico Yahuarcani Soto.
Estamos agradecidos a ambos por su tiempo y su inteligencia. Las afirmaciones
del presente escrito son entera responsabilidad nuestra.
BIBLIOGRAFIA
- CAMATAHUARA, Boletín
Informativo – CENCCA, junio 1991, N° 68, p. 6: José Murayari.
- CAMATAHUARA, Boletín
Informativo – CENCCA, junio 1993, N° 87, p. 3.
- DIETRICH (2010), O tronco tupi
e as suas familias de línguas. Classificaçao e esbosço
tipológico, en NOLL & WOLF DIETRICH, O portugués e o tupi no Brasil, São
Paolo, Editora Contexto, en http://etnolinguistica.wdfiles.com/local--files/biblio%3Adietrich-2010-tupi/Dietrich_2010_O_tronco_tupi.pdf
- GASPARINI,
Noé, DANIELSEN, Swintha, CHOUSOU-POLYDOURI, Natalia, O’HAGAN, Zachary, BARTOLOMEI,
Keith, MICHAEL, Lev (2015), Southern Tupí-Guaraní Languages. Combining classification
with areal linguistics. The 18th Annual on American Indigenous Languages, en http://linguistics.berkeley.edu/~zjohagan/pdflinks/gasparini.et.al._tg_southern_phylo_areal_WAIL_2015.pdf
- LOPES DE CARVALHO, Francismar
Alex (2015), Imagens do demonio nas missões jesuíticas da Amazônia
espanhola, en Varia Historia, Belo Horizonte, Vol. 31, N° 57, pp. 741-785.
- MICHAEL, Lev & O’Hagan,
Zachary (2016), A linguistic Analysis of Old Omagua. Ecclesiastical Texts,
University of California, Berkeley, en http://linguistics.berkeley.edu/~zjohagan/pdflinks/michael&ohagan_omagua_catechism.paper_v39.pdf
- RIVET, Paul (1910), Les langues
guaraníes du Haut-Amazone, en Journal de la Société des Américanistes, Tome 7,
pp. 149-178.
- TAYLOR, Gerald (2006),
Diccionario Quechua Chachapoyas-Lamas, IFEA, IEP, Editorial Commentarios, Lima.
- YAHUARCANI SOTO, Ulderico
(2015), Cultivando el kukama-kukamiria. El padre nuestro – Ini iwatin papa,
Instituto de Educación Superior Pedagógico Público Monseñor Elías Olázar,
Yurimaguas-Perú, Educando con Fe y Corazón, p. 13.
[1]
Sin entrar ahora en disquisiciones podríamos anotar que el omagua y el kukama
son dos lenguas de la familia tupí guaraní. Familia lingüística que se divide
en los siguientes grupos: Grupo Guaraní Meridional, con 8 lenguas; Guaraní de
la Región Guaporé-Mamoré-Paraguai-Paranía, con 5 lenguas; Grupo Tupí de la
Costa Brasileña, con 6 lenguas, donde clasifica al cocama-cocamilla y al
omagua; Grupo Asurini-Tenetehara-Tapirapé, con 3 lenguas; Grupo del Norte de
Mato Grosso y de Rondônia, con 3 lenguas; Grupo del Alto Xingú con 1 lengua; y
Grupo Amazónico Septentrional con 7 lenguas. Un poco más separadas, pero
emparentadas con el grupo tupí-guaraní, está el ramo maweti-tupí-guaraní. Otras
familias del tronco tupí son el Tupí de Rondônia oriental, con 6 familias
de lenguas. Y, por último, las lenguas tupí centrales con la familia Munduruku,
con 2 lenguas. El omagua y el kukama son
dos lenguas de origen no tupí, tupinizadas por los tupinambá, que entraron en
el Alto Amazonas en los siglos XVI y XVII. No son lenguas tupí-guaraní puras,
sino lenguas genéticamente derivadas (Dietrich 2010). Se estima que el omagua
posee un 89% y el kukama un 88% de cobertura léxica cuando se realiza una
clasificación filogenética (Gasparini, Danielsen, Chousou-Polydouri, O’Hagan, Bartolomei,
Michael 2015).
[2]
(Hervás y Panduro en 1787), recogido en Michael & O’Hagan (2014: 62-66).
[3]
Rivet (1910: 169).
[4]
Yahuarcani Soto (2015: 13). El profesor Ulderico Yahuarcani Soto da clases en
el Instituto de Educación Superior Pedagógico Público Monseñor Elías Olázar de
la ciudad de Yurimaguas, Perú.
[5]
Imperativo negativo.
[6]
José Murayari, en los años 90 del siglo pasado, era un promotor de Agropecuaria
del Cencca (Centro de Capacitación Campesina), un órgano de la Iglesia Católica
en Nauta.
[7]
‘Tana’ (icharitana): primera persona plural exclusiva del discurso masculino.
Su complementario inclusivo, tanto masculino como femenino, sería ‘ini’.
[8]
Animador Cristiano de la Parroquia de Nauta, marido de María Nieves. Integrante
de la Escuela Ikuari, vinculada a Radio Ucamara. Versión recogida el 25 de mayo
de 2016.
[9]
‘Ukukitsɨn’:
‘ukuki’, caer de lo alto; ‘-tsɨn’: marcador de propósito. En el
diccionario de Vallejos Yopán & Amías Murayari la grafía es un tanto
diferente: ‘-tsen’. Nos parece esencial marcar las diferencias de escritura.
[10]
Mujer de José Manuel. Integrante de la Escuela Ikuari, vinculada a Radio Ucamara.
Versión recogida el 25 de mayo de 2016.
[11]
‘Pɨnu’:
primera persona plural exclusiva del discurso femenino. El diccionario de
Vallejos lo escribe ´penu´. Sin embargo, mantenemos la escritura de María
Nieves porque nos parece esencial remarcar la pluralidad.
[12]
“Ucha”: “pecar”, forma influenciada por tal vez los rezos católicos, Lamas.
Voz: ‘ucha’ (Taylor 2006: 98).
[13]
Para el tema del diablo o demonio en las reducciones de Maynas resulta útil
(Lopes de Carvalho 2015).
[14]
En kukama se utilizan diversos verbos para la expresión caer: “ukuki”, caer
desde una altura; “uwari”, caer estando en contacto con la tierra, nacer, poner
huevos de las aves y otros animales (“uwarita”, voltear, tumbar con el viento);
“inupaka”, caer hacia un lado, por ejemplo un animal al morir, golpearse
mutuamente, pelearse; “upuri”, caer, hundirse; “kururuta”, caer, desparramarse.
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